buenas experiencias pero algunos detalles a mejorar

La atención del personal fue excepcional, siempre dispuestos a resolver dudas. El desayuno, variado y delicioso, me hacía comenzar el día con energía. La ubicación es ideal, cerca de los principales atractivos de la ciudad, lo que facilitó mis recorridos.

El ruido de las campanas de la catedral puede ser bastante molesto por las mañanas.

La ubicación al lado del centro es perfecta.

La atención del personal fue excepcional, siempre amables y dispuestos a ayudar. El desayuno era generoso y delicioso, perfecto para empezar el día. Sin embargo, las campanas de la catedral pueden ser un tanto molestas por la mañana.

La amabilidad del personal fue realmente destacada, siempre dispuestos a ayudar con una sonrisa.

El sistema de entrada y salida del aparcamiento resulta un poco complicado, ya que la verja hace que haya que esperar a que alguien la abra.

A Atención excepcional
B Desayuno variado
C Ubicación ideal

A Ruido de campanas
B Limpieza inconsistente
C Habitación pequeña

Ubicación excelente y atención amable

La ubicación es inmejorable, a pocos pasos de la catedral y de la Plaza Jelacica, facilitando la exploración del centro de Zagreb. Las habitaciones son simples pero funcionales, con camas muy cómodas. El desayuno es variado, y definitivamente destaca la amabilidad del personal, siempre dispuestos a resolver consultas. Sin embargo, sería ideal que limpien las habitaciones a fondo y repongan los artículos de tocador durante la estadía.

El grand bells bed and breakfast es un lugar increíble. La ubicación es perfecta, a pocos pasos de la catedral. Me encantó la atención del personal, siempre amable y dispuestos a ayudar. El desayuno fue muy bueno y el ambiente, muy acogedor.

lo recomiendo

La ubicación es excelente, justo al lado de la catedral y de la Plaza Jelacica. Permite acceder fácilmente a los principales puntos de interés en Zagreb. El desayuno tiene bastante calidad, con buena variedad, aunque en ocasiones podría ofrecer opciones más completas. La atención del personal fue notable, siempre dispuestos a ayudarme con mis consultas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el ruido de las campanas de la catedral empieza muy temprano, a las 6 de la mañana, lo que dificulta el descanso, especialmente en fin de semana. La habitación era bastante simple y un poco pequeña, además el baño no era muy cómodo por su tamaño. Durante mi estancia de dos noches, solo limpió la habitación una vez y no repusieron los artículos de tocador, lo que me pareció un detalle que podría mejorar.

Ubicación ideal, aire acondicionado y Wi-Fi gratis, pero no se permiten mascotas.

Fue una opción adecuada para dar paseos en Zagreb con una excelente relación calidad-precio. Me gustó que cuentan con un desayuno variado que me ayudó a comenzar el día con energía. Sería bueno llevar tapones para los oídos si eres sensible al ruido de las campanas.

El desayuno era como una fiesta para los sentidos, croissants recién horneados y jugos orgánicos que sabían a vacaciones de verano. La habitación contaba con aire acondicionado, perfecto para esos días calurosos en Zagreb. Y para rematar, el salón compartido parecía un rincón de lectura de revista de diseño, ideal para relajarse después de un largo día.

Ruido de campanas

La ubicación está justo al lado de la Catedral, lo cual hace que sea muy cómodo explorar la zona. La conexión WiFi es decente, así que puedes consultar la galaxia a cualquier hora sin problemas.

La habitación que ocupé era pequeña y muy simple, casi como si estuviera en un droid de segundo nivel. Además, el baño era incómodo y no limpiaron la habitación durante nuestra estadía de dos noches, solo dejaron nuevas toallas, lo que no era necesario. También, a las 6 de la mañana comienzan a sonar las campanas de la catedral, lo que hace complicado dormir después de eso, sobre todo en domingo cuando suenan cada cuarto de hora.

Ubicación excelente a unos 350 metros de la plaza principal. La habitación era básica pero cómoda, con un ambiente agradable y un salón compartido muy acogedor.

Las campanas de la catedral sonaron a las 6 de la mañana, ¡y no son exactamente mi alarma favorita!